Desayunamos en el mismo sitio de ayer, en el ciber café, porque hacen un café buenísimo. Me tomo un zumo de melón y unas tostadas. El melón aquí está buenísimo, sabe dulce y es naranja. Por fin ha salido el sol!
Compramos pan, queso y manzanas para el viaje a Chichi. Hemos decidido salir hoy hacia Chichi, aunque el mercado es el domingo, porque queremos llegar a tiempo para ver los preparativos. Pero vamos a viajar en bus público lo cual supone paciencia. El primer paso es coger un taxi que nos suba hasta la parada del bus, una esquina del pueblo frente a la iglesia católica (hay mil, así que es importante distinguir). La gente del pueblo es muy amable, todos son muy amables en Guatemala, la verdad, y parecen más espabilados que los ecuatorianos, aunque hablan como los mejicanos.
El bus no sale hasta las 11, es decir las 11,20 "si sale", te dicen. Tiene que poner "Manolita" en el bus. Aquí no te puedes fijar en el letrero de origen y destino porque los autobuses hacen trayectos infinitos y paran en mil sitios. Así que sólo te puedes fijar en el nombre del bus, porque cada uno tiene el suyo propio.
Nos subimos en Manuelita que nos deja en el 148, un cruce de carreteras en medio de ninguna parte que se llama así, 148. Allí esperamos otro bus que nos lleve a Los Encuentros y allí cogeremos otro a Chichi. Pero la gente de allí nos dice que a las 13h pasa uno que va directo a Chichi. Decidimos esperar. Llega a las 13,30. Suben mi mochila a la panera, la bandeja de la parte superior del bus, sin una cuerda ni un plástico. Glub. Mateo, una vez más, se ha empeñado en subir con la mochila dentro y lo ha conseguido. Resultado: mi mochila ha bajado con la funda rajada. A ver si aprendo.
El viaje resulta bien aunque me mareo, sobre todo la primera parte. Muchas curvas, curvas imposibles de 180º, subiendo y bajando montaña, y calor. Pero luego se me pasa.
Ah, se me olvidaba. Antes de coger el bus nos hemos dado un último paseo por el lago, y hemos ido hasta los lavaderos de las mujeres, el mismo sitios que los hombres usan al atardecer para pescar, subidos a las mismas piedras que ellas usan para frotar la ropa. Y ha sido un paseo muy agradable. Hacía buenísimo. Hemos conocido a un hombre, dueño de una lavandería de allí, que estaba jugando con su perra en el lago. Le tiraba palos para que nadara porque se rompió una pata y no tenía que engordar, para que no le doliera. Lo mismo que le pasó a Roko. Así que en cuanto llegue voy a tirar a Roko a la piscina, para que se haga unos largos. Y a Lomo de paso también! Necesitaba conocer a alguien que cuidar a su perro en esta Guatemala tan dura para ellos. Éste desde luego estaba loco con la suya, una boxer blanca a la que le compraba collares en los hippies porque ellas los elegía (los cogía al pasar) y él no podía hacer otra cosa que pagar. Así la llevaba guapísima, con unos de cuentas de madera.
Hemos llegado a Chichi a las 14,30-15 y nos hemos puesto a buscar hotel con la inestimable ayuda de un "guía oficial", que me ha engañado como una tonta. Una vez más, Mateo se ha visto venir el toro y ha esperado hasta que yo me diera dado cuenta. Mira en ése, me dijo, y ése era el bueno. Nos alojamos en el Tuttos, en la aprte alta de Chichi, un sitio tranquilo y con una terraza con vistas estupendas. Descargamos y salimos a dar una vuelta.
Ya empiezan amontarse los primeros puestos. Tengo curiosidad por ver el espectáculo. Dicen que es el mercado indígena más antiguo de toda Centroamérica. Nos damos una vuelta por las dos iglesias, la grande y la pequeña, la capilla del calvario, que es una réplica de la grande pero en pequeño, la una enfrente de la otra. Son muy chulas, datan de principios del siglo XVI (1500 y pico). Son blancas, sin adornos ni dorados, y tienen el altar y el techo de madera negra, influencia mudejar, me dice Mateo. Me llaman la atención las piedras que hay en el centro del pasillo, unas losas de unos diez centímetros de alto, en las que la gente pone velas, hojas de pino y quema incienso. El humo no cesa pero huele muy bien. No dejan hacer fotos. Volvemos al hotel a descansar.
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1 comentario:
Acabo de leer todos los correos que has enviado,lo esplicas tanbien que me parece que lo estubiera haciendo yo, y termino cansadisima, haz el favor de cuidarte y Mateo igual yo comprendo que salgais y conocer cosas pero hija sin agotarse hay tiempo para todo y sobretodo no salgas sola, tú siempre con tu Mateo aquí tenemos calores y más calores .Ayer día cinco de Agosto estuvieron comiendo en casa Ana y Ernesto BESOS
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